Vida Salvada en Panamá

22-OCT

Laura (nombre ficticio) está embarazada de su segundo hijo y cree que no puede mantenerlo, así que pide una cita para abortar en Burgos. Le hacen una ecografía e intentan convencerla de que aborte, pero ella pide ver la eco. Aunque duda, la siguen presionando en el centro para que aborte.

Al día siguiente acude al centro nuevamente para recibir las pastillas para abortar. Entonces nos ve a los voluntarios de 40 Días por la Vida con un cartel de “Rezamos por ti y tu bebé”.

Dice que fue automático. Enseguida comprendió que “a la izquierda me obligaban a abortar y a la derecha apoyaban a mi niño. No sé por qué me dirigí a ellos”. Así que decide acercarse a los orantes.

Esa mañana, día de San Juan Pablo II, Laura se nos acercó y nos preguntó qué hacíamos aquí. Le dijimos que rezábamos por el fin del aborto y por las mamás que entran ahí a pedir una pastilla para abortar a sus hijos. Ella nos dijo que precisamente es lo que iba a hacer.

Le dijimos que era un error y que se arrepentiría toda su vida. Le preguntamos qué necesitaba. Nos respondió que estaba sola, que ya tenía un hijo de tres años y no podía mantener a otro. Le contestamos que hay varias opciones donde la pueden ayudar. Después de pensárselo un poco, dijo que sí, que seguiría adelante con su embarazo y que era consciente de que Dios la ha protegido. Entró al centro de abortos para anular su cita y, después de más de media hora dentro, nosotros estábamos muy nerviosos.

Al salir nos dijo que dentro le insistieron mucho para que abortara, pero al final decidió seguir adelante con su hijo. Nos ha dado una alegría enorme. Ha dicho que estaba muy nerviosa pero contenta, le hemos dado un abrazo y la hemos puesto en contacto con más asociaciones con las que colaboramos para continuar el proceso de acompañamiento.

Esta mañana han quedado con ella y nos ha confirmado que está convencida. Seguiremos acompañando a Laura y a sus hijos.