El sacerdote dedicado a los no nacidos
El padre Van Allen Hager, sacerdote de los Misioneros de la Consolata, falleció el 10 de octubre a los 80 años, dejando un profundo legado en el movimiento provida en Colombia. Nacido en Nueva York en 1944, llegó a Colombia hace más de 15 años, donde dedicó su vida a la defensa de los no nacidos. Cada mañana se le veía frente al centro de abortos Oriéntame, en Bogotá, con una silla plegable, una imagen de la Virgen de Guadalupe y un rosario, listo para rezar y ofrecer apoyo a mujeres y parejas que consideraban el aborto. Con esta dedicación, el sacerdote ganó la admiración de voluntarios y activistas, especialmente de 40 Días por la Vida, con quienes formó una estrecha amistad y a los que apoyó cada año en sus campañas de oración.
El impulso del P. Hager hacia la causa provida surgió, en parte, de su historia familiar: su abuela quedó embarazada de su padre tras una violación, pero respetó la vida del niño y aceptó su maternidad, un acto que él reconocía como inspirador en su vocación por la vida.
Esto lo llevó a involucrarse activamente en el movimiento provida en 1996, rezando regularmente en favor de las víctimas del aborto.
Aunque Bogotá es una ciudad de clima lluvioso, esto nunca fue un obstáculo para que el sacerdote llegara al lugar de vigilia frente al centro de abortos, donde junto con los voluntarios de 40 Días por la Vida ofrecía consejo y oración, logrando que en sus últimos años varias mujeres optaran por continuar con sus embarazos.
En sus mensajes, el padre Hager alentaba a los colombianos a oponerse a las leyes que permiten el aborto y a unirse a la campaña de 40 Días por la Vida, promoviendo el valor de la vida desde la concepción.
En una de sus últimas campañas el sacerdote destacó el logro de haber salvado la vida de 15 bebés, y a lo largo del último año, de más de 100, gracias a sus consejos y apoyo.
Su fallecimiento ha causado una gran tristeza tanto en su congregación religiosa como en el movimiento provida en Colombia. La Dirección Regional de los Misioneros de la Consolata expresó su «gran dolor y esperanza» en un mensaje, recordando al sacerdote como un servidor fiel que cumplió su misión con entrega.
También pidieron a la Virgen María y al fundador de la congregación, José Allamano, que lo acompañaran en su encuentro con Dios, esperando que desde el Cielo continúe intercediendo por la Vida.
Desde 40 Días por la Vida Colombia recordaron al padre Van Allen Hager como un buen pastor que guió con valentía, perseverancia y amor la lucha pacífica, la oración y la intercesión por los no nacidos, y expresaron su gratitud por su vida y testimonio, pidiendo por su eterno descanso y que su ejemplo continúe inspirando a quienes defienden la Vida.