Embarazo vulnerable: ¿la mujer puede decidir libremente?
Cuando hablamos de vulnerabilidad nos referimos al riesgo que corre una persona o grupo de ellas de sufrir ante peligros inminentes como ser: físicos, afectivos y existenciales y podemos encontrar distintas clases como ser: desigualdades etarias, económicas, políticas, sociales o culturales.
Sobre estas clases de vulnerabilidades la licenciada Magister en Psicología por la Universidad Católica de Córdoba (Argentina) Claudia Pettit, nos dice que cuando una mujer adolescente se encuentra cursando un embarazo inesperado se enfrenta a una vulnerabilidad socioafectiva ya que no tienen la fortaleza en esa situación para afrontar una decisión, como tampoco la de proyectar hacia adelante o buscar alternativas.
Asimismo, en cuanto a la vulnerabilidad social refiere a la situación en la que una madre, ya sea adolescente o adulta, es presionada por su pareja, familia, amigos o personal de la salud a optar por el aborto. Y en cuanto a la vulnerabilidad económica, la que se asocia a la pobreza y a la incapacidad de generar más recursos económicos por la situación particular como también a la inestabilidad o precariedad laboral; se observa en aquellas madres que no se sienten autosuficientes y esta condición la condiciona o coacciona a optar por el aborto.
El doctor Sinclair Macarlupú Rosado, quien fue un reconocido médico especialista en Tocoginecología, docente autorizado en Medicina, laico dominico, mencionaba en su trabajo académico Nacer de nuevo: la herida del aborto que «toda maternidad está marcada por una permanente ambivalencia y ruptura de equilibrio» ya que la mujer experimenta emociones encontradas (alegría, miedo) y que supone una situación de crisis en el sentido de que implica un cambio y que los factores que influyen en él no nos permiten comprender el grado de vulnerabilidad en el que se encuentra la mujer embarazada.
Asumiendo esta ambigüedad es fundamental para la comprensión del fenómeno del aborto.
A su vez la licenciada Petitt señala que cuando una mujer atraviesa un embarazo inesperado se encuentra en un estado de shock emocional y esto repercute en su entorno socio-afectivo, ya que muy rara vez tomará decisiones de forma independiente y aunque así lo haga habrá recurrido a la opinión de su pareja, amistades, familiares y/o profesionales de la salud y en consecuencia será influenciada por estas opiniones.
En ese estado de shock la mujer embarazada se paraliza y no puede razonar, reaccionar, ver alternativas, y esto lleva a que otros decidan por ella o inclusive por la pareja (más aun cuando son adolescentes), es decir, la persona se encuentra propensa a ser inducida.
Es así que a la mujer con un embarazo inesperado se le presentan tres escenarios posibles: continuar con el embarazo diciendo Sí a la vida de su bebé, darlo en adopción o someterse a la tragedia que implica la práctica del aborto.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que la capacidad y posibilidad de tomar una decisión madura y libre que tiene una mujer embarazada, según su edad, difiere y es así que en la adolescencia temprana (10 a 14 años) es nula, en la tardía (18 a 22 años) alguna mientras que en la edad adulta no siempre o en algunas ocasiones.
En Argentina, la Ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo N° 27.610 en su artículo 8° inciso a) menciona que: «…las personas mayores de dieciséis (16) años de edad tienen plena capacidad por sí para prestar su consentimiento a fin de ejercer los derechos que otorga la presente ley…» y esto, sumado a lo que versa en su artículo 5° «… Derechos en la atención de la salud. Toda persona gestante tiene derecho a acceder a la interrupción de su embarazo en los servicios del sistema de salud o con su asistencia en un plazo máximo de diez (10) días corridos desde su requerimiento…»
Todo esto nos permite evidenciar que cuando una mujer se encuentra embarazada, en su grado de vulnerabilidad y al mismo tiempo condicionada por su grado de madurez y que debe tomar una decisión con celeridad sobre su vida y la de su bebé, lo hace condicionada ya que su mente no logra comprender con claridad y en libertad los factores que influyen en esa decisión.