Paula, una lider apasionada y perseverante
Cientos de vidas salvadas en Lisboa, en una de las vigilias pro-vida más destacadas de Europa
Por Robert Colquhoun, Director de Campañas Internacionales
Paula regresa a casa después de pasar un día en el circo. Un ocasión especial que se ofrece a las madres que eligieron la vida para sus hijos, entonces aún no nacidos, en la campaña de 40 Días por la Vida en Portugal. Dice ella que fue como estar en el cielo. Paula hace un seguimiento cercano a las familias. Muchos de aquellos niños están bautizados. Enzo tiene ahora diez años. Fue salvado en una de las primeras campañas.
Paula Pimentel está acostumbrada a hacer infinidad de cosas a la vez. Madre de 7 hijos y abuela de un nieto, está casada desde hace 28 años con Javier, un sevillano involucrado en el movimiento provida casi toda su vida. Paula es abogada de profesión, dirige su propia ONG y también ha encontrado tiempo para organizar la campaña de 40 Días por la Vida en Lisboa, lo que lleva haciendo desde hace más de 10 años. El trabajo sacrificado de Paula por mantener su testimonio público ha resultado en que cientos de madres e hijos están vivos gracias a su gran equipo.
Paula conoció a su esposo Javier cuando tenía 21 años en Fátima, uno de los santuarios marianos más grandes del mundo, donde la Virgen María se apareció a tres niños pastores en 1917. Durante su estancia en la facultad de derecho incluso escribió un libro sobre la defensa de la vida.
Su vigilia se hace frente a la Clínica dos Arcos, la única empresa privada que realiza abortos en Portugal, casi un tercio de todos los que se hacen en aquel país. Un referéndum en 2007 legalizó el aborto hasta las diez semanas. Tienen que traer médicos de España ya que casi todos los médicos portugueses son objetores de conciencia. Al otro lado de la calle el equipo ha montado un centro de ayuda al embarazo en una pequeña casa, que incluye una capilla con el Santísimo Sacramento presente de forma perpetua, día y noche. El lugar perfecto para una vigilia de oración. Quién mejor que el Señor presente en el Santísimo Sacramento para ahuyentar a los demonios que sostienen a la cultura de la muerte. Mucha gente en Portugal se siente incómoda orando en la calle. Los más tímidos van a orar a la capilla.
Paula leyó el libro Unplanned de Abby Johnson, que la impactó profundamente porque descubrió una nueva manera de entender la misericordia, y sintió que Dios la llamaba a traer 40 Días por la Vida a Portugal. Su primera campaña en 2012 contó con más de 1 200 voluntarios con todas las horas llenas y un equipo apasionado por su labor. Los voluntarios iban anotando en un diario de campaña acontecimientos que sucedían todos los días en la vigilia, reflejos de las gracias que Dios derramaba. Las madres rescatadas en la vigilia han ayudado luego a otras mujeres a elegir también la vida. También un niño de diez años ayudó a salvar a un niño del aborto en la vigilia.
Pero no siempre ha sido todo de color de rosa. En 2015 Paula casi se rinde. Se sentía muy sola y desanimada. Los voluntarios iban y venían. Ella se sentía cansada pero de alguna manera Dios le seguía enviando a las personas precisas en los momentos oportunos para mantener el testimonio. Cuando el celo inicial y la pasión se desvanecieron, la perseverancia se activó para encontrar un equipo más fuerte que la apoyara. Algunos voluntarios han encontrado el camino espiritual hasta su vocación, sea a la vida religiosa o al matrimonio, durante las vigilias.
"Si quieres salvar vidas y no eres médico ni bombero deberías estar en 40 Días por la Vida", dice Paula. No le gusta quejarse. Dios quiere que vivamos en el tiempo que nos ha tocado, y que luchemos. Para Paula, 40 Días por la Vida es estar al lado de las mujeres en el sufrimiento pero también orando por tantos bebés que no podrán nacer. El dolor después de un aborto puede ser insoportable.
El covid tuvo su parte buena. Se formaban colas fuera del edificio, lo que multiplicaba las oportunidades de conversación. A veces las madres con embarazos en crisis buscaban trabajo y en el grupo de WhatsApp de la campaña siempre eran capaces de conseguir de 3 a 5 ofertas en el día. Dios siempre provee.
Antes de comenzar la campaña de 40 Días por la Vida ya había gente orando fuera del centro de aborto. Aunque la infraestructura del movimiento pro-vida no es tan fuerte en Portugal, las Misioneras de la Caridad también están a disposición para ayudar a las madres.
Paula, además también dirige un hogar para mujeres con embarazos inesperados. Este año pasado, una de las mujeres que pensaron había abortado resultó que había elegido la vida, lo que fue un gran regalo. El año pasado además Lisboa fue anfitriona del Día Mundial de la Juventud, un evento católico para jóvenes, al que acudieron millón y medio de personas y que da innumerables frutos en vocaciones.
Paula encarna muchas de las características de un gran líder. Tiene esperanza y ayuda a las personas a encontrar su camino espiritual en un lugar donde a menudo no la hay. Exhorta a su equipo a no rendirse ante los intentos de distracción, desánimo o desviación del diablo. Ella sigue confiando en Jesús, su esperanza para poder marcar la diferencia y cambiar el mundo.