Esta web usa cookies para contar las visitas de forma anónima y para ayudarte en la navegación. No almacenamos datos personales, ni hacemos seguimiento ni enviamos información a terceras partes

Blog de 40 Días por la Vida en Bolivia

Cómo será la demografía argentina en 10 años

martes, 25 de junio de 2024

A través del reciente informe presentado por el Observatorio del Desarrollo Humano para la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral (UA), se estableció que nacen 260 000 bebés menos por año en comparación a los nacimientos de hace una década. Esta cifra se obtuvo teniendo en cuenta el relevamiento de los datos obtenidos del último censo del año 2022 y las Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación.

En el año 2001 el cálculo de hijos por madre fue de 2,1. Sin embargo el último censo reveló que esa variable se redujo a 1,4 hijos.

Otro dato es la prolongación de la esperanza de vida. Hace treinta años, por cada 100 habitantes de cero a catorce años se calculaba que existían 29 personas de 65 o más años de edad.

La cifra actual es que por cada 100 habitantes hay estimativamente 53 personas de más de 65 años. Y en este escenario se plantea que, dentro de los próximos años, la pirámide poblacional se invertirá, el país tendrá mayor población de adultos mayores que bebés y niños.

En este escenario, con bajo índice de nacimientos de niños y, en consecuencia, una mayor población en edad activa, según el informe, el panorama económico del país sería favorable ya que su macroeconomía se beneficiaría, aunque advierte que si este «bono poblacional» no se revierte en poco tiempo, las consecuencias serían desfavorables: menos personas activas que deberán sostener a gran cantidad de personas adultas «dependientes».

Es decir, que para que un país sea sano en materia poblacional debería tener al menos dos hijos por pareja, ya que esa es la tasa de reemplazo. Ahora bien, entre las causales que se enumeran para que cada vez nazcan menos niños en Argentina, están:

  • el retraso de la edad para la maternidad
  • la existencia de menos hogares de estructura conyugal
  • el acceso a métodos anticonceptivos y el aborto

Según el informe, en base a los datos del Ministerio de Salud, desde la entrada en vigor de la Ley 27610 se realizaron 96 664 abortos en el año 2022 en todo el país.

Siguiendo la proyección de las cifras de abortos en el país, es importante resaltar los datos que aportó la Corporación de Abogados Católicos de Argentina, de febrero de este 2024, basándose también en fuentes del mismo Ministerio de Salud.

Desde enero de 2021 hasta la actualidad fallecieron 300 000 niños por nacer, tanto en el sistema de salud público como en el  privado.

«Estas cifras alarmantes» subrayan «objetivan una gravísima tragedia moral y demográfica».

Podemos considerar que la incidencia del aborto en la ralentización del crecimiento de la población es más que evidente y, ante esto, Argentina debe tomar un rumbo distinto, promoviendo políticas familiares ordenadas a favorecer la natalidad, si desea revertir el fenómeno del invierno demográfico.

El término de invierno demográfico (poblacional) fue enunciado por primera vez en el año 1969 por Michel Schooyans, sacerdote jesuita, belga, filósofo y teólogo, para referirse a la drástica y abrupta disminución de la población, donde la tasa de natalidad sin equipararse a la de mortalidad, desciende inexorablemente evidenciando el envejecimiento de las poblaciones.

Describió con claridad y precisión las causas y consecuencias de la cultura de la muerte, que San Juan Pablo II denunció públicamente como contraria a la cultura de la vida. La causa del aborto fue, sobre todo, su lucha, promoviendo la defensa de la vida humana desde su concepción.

A propósito del invierno demográfico Monseñor Schooyans decía que a corto o medio plazo las prácticas contra la vida humana, como el aborto o la esterilización, aunque den impresión de colaborar a la comodidad de las parejas y el bienestar en general, a largo plazo producirán desastrosos efectos en la sociedad.

Asimismo agregaba que el desprecio del cual es víctima actualmente la vida humana es, sin duda alguna, el signo de los tiempos más importante que se presenta hoy a la atención de los cristianos. Frente a este hecho, que revela una profunda desesperación, están invitados a dar testimonio unánimemente de la dignidad de todo hombre, en el plan de Dios.

Para finalizar, es necesario recordar las alentadoras expresiones del Papa Francisco, en ocasión de la tercera edición de los Estados Generales de la Natalidad en Roma en mayo de 2023.

«Aquí es bueno ver a los mundos de la política, la empresa, la banca, el deporte, el espectáculo, el periodismo, reunidos para pensar en cómo pasar del invierno a la primavera demográfica. Sobre cómo empezar a nacer de nuevo, no sólo físicamente, sino interiormente, para salir a la luz cada día e iluminar el mañana con esperanza. No nos resignemos a la grisura y al pesimismo estéril. No creamos que la historia ya está marcada, que no se puede hacer nada para invertir la tendencia. Porque –permítanme decirlo en mi lenguaje preferido, el de la Biblia– es precisamente en los desiertos más áridos donde Dios abre nuevos caminos (cf. Is 43,19). Busquemos juntos esos nuevos caminos en este árido desierto».

SÍGUENOS